ROMANICO PLENO EN EL CAMINO DE SANTIAGO

En el año 1002 muere el “Victorioso por Alá”, más conocido como Almanzor (Abu Amir Muhammad ben Abi Amir al-Maafirí, llamado también al-Manūr bi-llah [938-1002]). El estratega musulmán había debilitado las fortalezas cristianas en continuas incursiones por el norte haciendo, entre sus más memorables victorias las que afectaron a la Catedral de León y a la de Santiago.

Su muerte coincidió con el declive del Califato de Córdoba que fue sustituido por los Reinos de Taifas y como consecuencia, el mundo Islámico en la Península Ibérica se dividió disminuyendo su fuerza.

Al no haber, por primera vez, una unidad potente a la que combatir, los reinos cristianos del Norte miran por primera vez hacia Europa y establecen lazos con el mundo ultra pirenaico al no estar apremiados en defenderse de las peligrosas incursiones islámicas. Las tres unidades políticas de este momento son: el Reino de León, el Reino de Navarra (que en el siglo XI comprende Castilla y el norte de Aragón) y el Condado de Cataluña.

En este contexto histórico se desarrolla el arte románico en España. A este periodo se le conoce como románico debido al naturalista Charles de Gerville que con este nombre se refirió a la arquitectura que floreció en Europa entre los siglos IX y XII. Al elegir el término románico pretendió, además, presentar este estilo como una derivación de la arquitectura romana, resultado de la degradación del gran arte antiguo a lo largo de las toscas épocas que siguieron a la caída de Roma. La Historia del Arte actual suele dividir esta época artística en tres fases: primer románico, desde fines del siglo X al tercer cuarto del siglo XI; románico pleno, en torno al último tercio del siglo XI hasta mediados del siglo XII y tardorrománico, que abarca del tercer cuarto del siglo XII al primer cuarto del siglo XIII.

A partir del último tercio del s XI podemos hablar de una uniformidad en las soluciones constructivas que aunó el espacio europeo con el de la Península Ibérica. Estas nuevas formas unificadoras coincidieron con el reinado de Alfonso VI (1072 -1107) de León. Este monarca protegió de un modo especial a la orden cluniacense, estableciendo su centro en la Abadía Sahagún de Campo. La orden de Cluny no solo trajo cambios en la liturgia - cambió en el rito mozárabe por el gregoriano – sino que sirvió para reforzar los vínculos con Francia y Borgoña.

Además esta orden fue la gran responsable de la peregrinación jacobea y de su organización. Una peregrinación que impulsó el intercambio cultural y artístico entre la Península Ibérica y Europa. Como muestra podemos hablar del modelo de templo de peregrinación que culminó en la Catedral de Santiago y de los modelos iconográficos importados para los relieves así como soluciones arquitectónicas y planimetrías. De España se exportan a Francia los modillones de rollos y los arcos polilobulados.

El Camino de Santiago entraba en España por tres rutas diferentes: la ruta oriental por Sompor (Huesca) y enclaves en Jaca, San Huesa y Puente de la Reina. Una segunda ruta entraba por Roncesvalles (Navarra) y pasaba por Pamplona, hasta llegar a Puente la Reina. Y una tercera ruta entraba por Irún hasta Victoria y de ahí a Burgos, donde se unió a las ya mencionadas.

Esas dos anteriores atraviesan Estela, Logroño, Najera, hasta Burgos. De ahí a Compostela por Castrojeriz ,Puente de Hitero, Fromista, Carrión de los Condes, Sahágun de Campos, León, Astorga, Ponferrada, El Bierzo, Portogarin, Melide y Compostela.

En Carrión de los Condes se encuentra el monasterio de San Zoilo, primero benedictino, luego cluniacense y acabó en manos de los jesuitas en el siglo XIX. Fundado en el 948 se enclava junto al río Carrión en la provincia de Palencia en la comarca de Tierra de Campos, a pocos kilómetros de Fromista y dirección a Sahagún. 



En su interior un impresionante claustro proyectado por Juan de Badajoz el Viejo en 1537 con profusa decoración basada en lecturas bíblicas y personalidades de la iglesia. El claustro se comunica con la iglesia a través de un portada en arco rebajado entre columnas abalaustradas. El templo, del siglo XVII, es de una sola nave, cubierta por bóvedas de cañón y cúpula sobre el crucero. Tiene coro a los pies, con sillería y órgano barroco. La portada se atribuye a Felipe Berrojo y tiene dos cuerpos con imágenes de santos. El monasterio cuenta además con otro patio más modesto, ya neoclásico.

Desde León, existió una desviación al relicario de San Salvador de Oviedo que incluso tuvo una peregrinación propia que pasaba por Pajares, Arbas del Pueto, Mieres, Olloniego. Otra vía de acceso era por San Isidro (por eso en el concejo de Aller hay ejemplos románicos). Incluso existió una ruta costera para llegar a Compostela que iba desde Irún atravesando Asturias y que fue muy transitada a partir del siglo XIII.

Los motivos que llevaban a la peregrinación eran diversos: La Fé y el carácter devocional o para cumplir una penitencia. En la Edad Media, la legislación canónica y civil imponía la peregrinación para expiar culpas y delitos. Tal fue así que se originó el peregrino alquilado (una persona debe hacer una peregrinación, pero hay cosas que se lo impiden o esta próxima a la muerte y entonces deja la peregrinación en herencia a un hijo o sino alquilaba a alguien para que peregrinara por él. Los atributos de la iconografía del peregrino son la bandolera con concha venere y bordón (Bastón que le sirve de apoyo y para defenderse).

Debido al importante tránsito de peregrinos, surgen a lo largo del camino unas infraestructuras: se abren caminos, se construyen hospitales, se edifican malaterías para los  leprosos e infraestructuras templarías para cubrir las necesidades espirituales de los peregrinos.

En el momento de la plenitud estilística del románico observamos estos cambios constructivos:

·       Cambios en las cubiertas: los templos son abovedados por completo y afectan a los grandes espacios. Aparecen soluciones nuevas tales como la crucería o la cúpula sobre pechinas de influencia oriental.

·       Cambios en la estructura mural: del muro liso y homogéneo y con decoraciones superpuestas, se pasa al muro estructurado, tectónicamente activo. Se establecen interrelación entre los elementos sustentantes y los sustentados. De ese muro estructurado surge un nuevo concepto espacial que generan células espaciales individualizadas dando origen a un espacio aditivo bien diferenciado del espacio longitudinal y direccional. Las fachadas articuladas traducen al exterior la organización interna y aparecen las portadas monumentales con profusa ornamentación.

·       Surgen nuevos elementos constructivos tales como los pilares cruciformes que adoptan esa disposición para establecer un enlace con los arcos formeros y fajones.

En torno al Camino, hacia el año 1100, se producen trabajos simultáneos en diferentes enclaves entre los que destacan: Jaca, Fromista, San Isidoro y Compostela.

Nos vamos a detener en San Martín de Fromista (Palencia). Su fundación fue, en torno a 1066 y corrió a cargo  de Doña Mayor, viuda de Sancho el Mayor de Navarra y madre de Fernando I (rey de León). Se especuló con que fue construida antes que Jaca, debido a que tenía un aparejo más menudo pero finalmente se asegura que es contemporánea a Jaca. Se fecha en el año 1100 y fue entregada a la orden de Cluny en 1118 a través de su vinculación con San Zoilo de Carrión de los Condes. Se la ha considerado la obra perfecta del románico, por su equilibrio y armonía.

Descripción en planta de Martín de Fromista (Palencia).




Consta de tres naves con crucero alineado en planta y tres ábsides escalonadas. Su cúpula se asienta sobre trompas con cimborrio englobada en el crucero. Está totalmente  abovedada con cañón sobre arcos fajones que descansan en pilares cruciformes. Las naves se cubren a diferente altura dando lugar a un juego de formas en la fachada.





El cimborrio es evolucionado y esbelto sin que exista otro paralelo en la Península Ibérica y casi en todo occidente, salvo alguno en Italia de Influencia Bizantina. Los vanos, al igual que en Jaca, son roscas concéntricas y la central cuenta con moldura abocelada. Las portadas se destacan en un cuerpo saliente que se cubre con un tejaroz y tacos en los elementos moldurados. 

Los capiteles esculpidos son de extraordinaria belleza e interés. Los podemos agrupar en tres grupos: los vegetales cuya función es decorativa, los compuestos por animales unos representando el bien (pelicanos, palomas, águilas) y otros el mal (serpientes, lobos, lechuzas). A mitad de camino entre ambos tenemos los animales fantásticos cuya interpretación es dudosa. El tercer grupo lo forman los capiteles historiados que representan escenas bíblicas. También son dignos de observar los canecillos exteriores. Son unos elementos arquitectónicos que al igual que los capiteles guardan una enseñanza moral o un recordatorio. Por este motivo las interpretaciones de su significado son algunas veces muy problemáticas y discutibles.

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